Demuestran la interacción y adaptación de la salmonella en vegetales para su supervivencia

La Catedrática de Genética e investigadora del IHSM, Carmen R. Beuzón, y el Profesor Titular de Genética e investigador del IHSM Javier Ruiz-Albert han concluido en una investigación que la salmonella interactúa a través de su flagelo para adaptarse e interactuar con las plantas con el fin de aumentar su supervivencia en productos vegetales. Esta adaptación de la bacteria apoya el hecho de que, lejos de llegar a la planta como una contaminación accidental por aguas poco tratadas, la salmonella se ha adaptado al sitio (plantas) tras estar más tiempo en ellas. Beuzón ha señalado que el flagelo es un mecanismo importante de interacción con el huésped tanto en plantas como en animales, en este caso la presencia del flagelo puede beneficiar a la bacteria aunque también puede delatarla como se había demostrado hace años en el caso de la salmonella. Sin embargo, el trabajo realizado por Beuzón y Ruiz-Albert demuestra que la salmonella “apaga” estos flagelos en la mayoría de los miembros de la población que coloniza la planta para no ser detectada por esta y evitar así la activación de defensas de la planta, mientras que unas pocas bacterias lo mantienen activados. Con esta estrategia la bacteria podría favorecer su adaptación a la planta sacrificando parte de las bacterias para salvar otras y garantizar su objetivo, una respuesta similar a la que lleva a cabo en animales y humanos, y que apoya su capacidad de adaptación a la planta, un proceso que requiere tiempo y que difiere con la creencia de la interacción relativamente reciente entre esta bacteria con las plantas. La salmonella es conocida popularmente por su presencia en productos de origen animal pero en los ultimos años el número de brotes epidémicos asociados a la presencia de esta bacteria en fruta o verdura de consumo en fresco, ha crecido mucho resultando una preocupación en el sector de la seguridad alimentaria, ya que ésta solo se elimina con la cocción de alimentos que no se realiza en algunas verduras ni en frutas. La presencia de bacterias causantes de enfermedades en humanos en productos vegetales fresco alcanzó gran repercusión a partir del año 2011 cuando hubo un brote en productos de consumo fresco que detonó en la crisis de los pepinos, una situación que tuvo grandes consecuencias sanitarias y económicas. Tras ello el sector de la seguridad alimentaria ha estado trabajando en este ámbito (en el que existía poca investigación entonces) por lo que se realizan proyectos de colaboración entre equipos como el promovido por Huplant EU Cost Action Program en el que participan los investigadores del IHSM junto a otros profesionales para el control y la detección de patógenos humanos y animales en productos vegetales. Dicho programa ha proporcionado fondos para movilidad y formación de Nieves López Pagan, investigadora en formación del IHSM, que forma parte del equipo investigador del proyecto. En este proyecto científicos europeos trabajan para diseñar directrices para la prevención y la detección de la salmonella para diferentes productos, establecer parámetros y directrices para estándares de producción para que la industria alimentaria pueda detectar esta bacteria en los productos frescos antes de que el producto llegue a los mercados de venta.

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