Capas externas que ocultan secretos internos: Estudiando el origen de las semillas para producir frutos sin ellas.
Al igual que las mujeres, las plantas con flor tienen ovarios productores de óvulos que, al ser fecundados–en este caso por polen–, dan lugar a la siguiente generación: las semillas. Dentro del ovario, los óvulos se encuentran protegidos por una capa protectora, el tegumento externo, que desempeña un papel crucial en el desarrollo de la semilla. Investigadores del IHSM La Mayora (CSIC-UMA) han analizado un mutante natural de Annona squamosa, un pariente cercano de la chirimoya, que no produce semillas. En esta variedad, denominada ‘Thai Seedless’, los óvulos carecen de tegumento debido a una mutación espontánea en el gen INNER NO OUTER (INO) . Las semillas sin tegumento no logran desarrollarse, pero por lo demás el fruto crece con normalidad. Aunque está claro que esta característica no es algo deseable para una planta silvestre, los seres humanos podemos aprovecharla para producir frutos sin semillas, muy apreciados en agricultura. El estudio, recientemente publicado en la revista Physiologia Plantarum, combina análisis de microscopía con enfoques transcriptómicos (estudio de la expresión de los genes a nivel global), proporcionado una visión integrada del desarrollo de la semilla en el género Annona. Así, nuestros investigadores han demostrado que el tegumento externo desempeña un papel activo en el desarrollo de las tres partes fundamentales de la semilla: el embrión que formará la nueva plántula, un tejido de origen materno llamado nucela, y el tejido especializado en la reserva de nutrientes llamado endospermo. Durante la formación de la semilla, el tegumento externo contribuye a la nutrición, la señalización y la coordinación del desarrollo de estos tres componentes. Los autores del artículo, María García-Lezama, José I. Hormaza, Enrique López-Gómez, Noé Fernández-Pozo y Jorge Lora, concluyen que el tegumento externo no es sólo una barrera física, sino un tejido dinámico esencial para el éxito del desarrollo de la semilla. Así, su trabajo no sólo profundiza en nuestra comprensión de la evolución vegetal, sino que ofrece nuevas perspectivas para la investigación básica en ciencias vegetales y su aplicación en agricultura.
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