Reciclar o morir: cómo las plantas se adaptan a las inclemencias climáticas

A diferencia de los animales, que pueden moverse para buscar refugio frente a condiciones climáticas adversas, las plantas viven ancladas al sustrato y no pueden desplazarse. Es por eso que necesitan enfrentarse in situ a condiciones de estrés, como la escasez de agua o el frío. Para adaptarse a estos factores externos, las plantas utilizan complejos sistemas de señalización celular en los que intervienen, entre otras, pequeñas moléculas lipídicas. El grupo de investigación Mecanismos de Resistencia a Estrés Abiótico en Plantas del IHSM-La Mayora ha identificado un mecanismo celular que las plantas utilizan para sobrevivir a condiciones de estrés continuo. En concreto, los investigadores Selene García-Hernández, Jorge Morello, Vitor Amorim-Silva, José Moya-Cuevas, Noemí Ruiz-López y Miguel Ángel Botella han descubierto que los llamados ‘sitios de contacto’ entre la membrana que envuelve a las células vegetales (la membrana plasmática) y la red de membranas que existe en su interior (el retículo endoplásmico) son esenciales para responder de manera adecuada a condiciones de estrés, pues permiten el reciclado de lípidos señalizadores. Al impedir que estas valiosas moléculas se agoten, estas ‘aduanas celulares’ aseguran que la señalización necesaria para una adecuada respuesta fisiológica al estrés funcione ininterrumpidamente mientras duren las condiciones adversas. El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA (PNAS), aporta nuevos conocimientos sobre los mecanismos de adaptación al estrés en plantas, un avence fundamental para el desarrollo de cultivos más resistentes a las oscilaciones climáticas.

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