Un estudio del CSIC afirma que los nativos americanos dispersaron el chirimoyo de Centroamérica a Sudamérica por vía marítima en tiempos precolombinos

Un reciente análisis combinando estudios genómicos con análisis biogeográfico en chirimoyo sugieren un movimiento e intercambio intensivo de cultivos entre Mesoamérica y América del Sur en el Holoceno precolombino. Un estudio que ha sido realizado por el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora, instituto mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Málaga (UMA), con los investigadores Nerea Larranaga, Maarten van Zonneveld y José I. Hormaza. Los primeros estudios de diversidad genética del chirimoyo en América del Sur comenzaron en 2006-2008, con un proyecto europeo. Posteriormente, la investigación en América Central continuó con financiación de la Fundación BBVA. El estudio se centró en el chirimoyo y será publicado en la prestigiosa revista New Phytologist. En el IHSM La Mayora existe una colección de más de 300 accesiones de chirimoya de diferentes países y esa fue la referencia para analizar la diversidad genética del chirimoyo en tres países andinos, como son Ecuador, Perú y Bolivia. “Nos llevamos la gran sorpresa de que la diversidad genética, en las pocas accesiones de nuestra colección originarias de América Central, era mayor que la que había en los tres países andinos”, afirma el investigador Iñaki Hormaza. Hasta ese momento, se creía que el chirimoyo era originario de los Andes, pero los resultados de la investigación no encajaban en esta hipótesis. Por esta razón, los investigadores consiguieron financiación para estudiar chirimoyos de América Central. Iñaki Hormaza asegura que “nos dimos cuenta de que la mayor diversidad genética está en América Central, por ello, propusimos que el origen de esta especie estaba en América Central y nos quedaba estudiar cómo se produjo el movimiento del cultivo desde América Central a América del Sur”. La investigación tuvo tres fases: el estudio de la diversidad del chirimoyo en América del Sur, el estudio de la diversidad en América Central y el estudio de los modelos de dispersión entre ambas regiones. Para llevar a cabo esta investigación, además de los datos que tenían del chirimoyo, quisieron comparar las observaciones con otros dos cultivos importantes, también cultivados en América Central y en América del Sur, como son las judías y el maíz. “Los métodos consisten en disponer de los datos de caracterización molecular de diferentes accesiones, unidos a datos de geolocalización de las accesiones y el uso de modelos estadísticos que pueden indicar cuales son las rutas más probables de dispersión de estos cultivos”, explica el investigador Iñaki Hormaza. Los resultados de este estudio rebaten la afirmación que se tenía sobre el centro de origen del cultivo de la chirimoya, ya que se asumía que eran los valles interandinos del sur de Ecuador y norte de Perú. “Nuestros resultados indican que el centro de origen está en América Central, donde posiblemente se cultivaba en tiempos precolombinos”, confirma Hormaza. Desde ahí, la chirimoya llegó a América del Sur en tiempos precolombinos por vía marítima y, posteriormente, se cultivó y se expandió en América del Sur antes de la llegada de los españoles. El investigador asegura que el cultivo disminuyó considerablemente en América Central, donde se ha perdido gran parte de la diversidad de la especie. “Hay que hacer un gran esfuerzo de conservación de la diversidad de la chirimoya en América Central antes de que se pierda la diversidad, la cual puede ser útil para generaciones futuras, especialmente en un contexto de cambio climático, que hace que en muchas zonas en las que había históricamente chirimoyas ahora están desapareciendo”, alienta el investigador. Este trabajo incide en una línea de investigación de los últimos años que indica que la riqueza, diversidad e intercambio de los cultivos en las Américas era mayor de lo que se pensaba anteriormente. El estudio de la chirimoya, en este caso, confirma que había rutas por vía marítima que conectaban Centroamérica con Sudamérica. Estas rutas podían haber sido utilizadas para intercambiar otros cultivos leñosos que estaban presentes en tiempos precolombinos, como puede ser, por ejemplo, el aguacate o el zapote, viajando desde Centroamérica a Sudamérica, o en sentido inverso, el cacao.

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