La alfalfa, un cultivo forrajero típicamente mediterráneo, está recobrando importancia debido al prometedor mercado exterior en forma deshidratada

Su cultivo surgió en Irán alrededor del año 7000 AC y se extendió en dos oleadas principales a Europa, la última de ellas en manos de los árabes en la invasión de la Península Ibérica que tuvo lugar en el siglo VIII. De aquí, fue introducida en América por los españoles. Un estudio que acaba de ser publicado fruto de la colaboración entre laboratorios de 12 países y en el que han participado los investigadores del IHSM Elvira Fiallo y Jesús Navas, ha puesto de manifiesto que en este viaje a lo largo de la historia la alfalfa ha ido acompañada de un virus, que se transmite por pulgones, que ahora está presente en un elevado número de países.

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