Estudian los mecanismos de síntesis de la cutina del fruto de tomate desde sus primeros estadios de formación hasta la madurez del fruto.

La superficie más externa en contacto con el medio ambiente de los frutos, hojas y tallos no leñosos de las plantas, la cutícula vegetal, desempeña un papel importante en la protección frente a la pérdida de agua y además confiere resistencia mecánica a los tejidos vegetales. Se trata de funciones de indudable interés en agricultura. Los investigadores del IHSM Eva Domínguez y Antonio Heredia llevan años trabajando en el estudio de dichas propiedades para la mejora de la calidad del fruto de tomate. La cutícula vegetal está mayoritariamente constituida por un biopolímero denominado cutina, un poliéster biodegradable cuyo mecanismo de formación aún es objeto de investigación. El objetivo de este estudio ha sido la elucidación de los mecanismos de la síntesis de la cutina del fruto de tomate desde sus primeros estadios de formación hasta la madurez del fruto. En dicho trabajo se pone en evidencia por primera vez la coexistencia de dos mecanismos muy distintos de formación que actúan de modo secuencial. En los primeros estadios hay un proceso físico de autoensamblaje de partículas submicrométricas (cutinsomas) que se transportan hacia el exterior celular y facilitan la formación de una capa inicial de cutícula denominada procutícula. Posteriormente, esta capa de completará por acción de enzimas entre las que destaca CUS1 (cutin sintasa) consiguiéndose de este modo como resultado final la membrana que observamos en la superficie de los frutos de tomate.

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