Mejora y bioeconomía circular de plantas hortícolas

En el grupo se desarrollan tres líneas relacionadas con la agricultura que abarcan desde la mejora genética hasta el uso de residuos de plantas para el desarrollo de bioplásticos, incluyendo tanto investigación básica como aplicada. Estas líneas que están imbricadas buscan una aproximación multidisciplinar a problemas específicos de la industria agroalimentaria. La primera línea está basada en el estudio de la variabilidad natural, la generación de poblaciones de mapeo (RIL e IL) y de mapas genéticos saturados en tomate y melón. Estas fuentes de variabilidad y poblaciones de mapeo se emplean en la mejora de la calidad de los frutos (propiedades organolépticas y compuestos nutracéuticos, caracteres de la cutícula relacionados con el agrietado y la calidad externa de los frutos) y la resistencia frente a diversas plagas (araña roja en tomate, mosca blanca en tomate y melón, áfidos en melón) y enfermedades (mildiu en melón, virus transmitidos por insectos en tomate y melón). La segunda línea estudia el desarrollo de la epidermis y cutícula de plantas, especialmente de fruto de tomate, y sus propiedades biofísicas. Localizada en la parte más externa de la epidermis, la cutícula es la interfase entre la planta y el medio ambiente y juega un papel muy importante en la protección de la planta y en distintos parámetros relacionados con la calidad y vida postcosecha del fruto, como son la permeabilidad al agua y la resistencia mecánica. Además, influye en el color, brillo y textura del fruto. El análisis de las propiedades bioquímicas y biofísicas de la cutícula subyacentes permite descomponer estos caracteres agronómicos complejos facilitando así la identificación de sus bases genéticas y ambientales. Finalmente, se desarrolla una línea enfocada en la fabricación de bioplásticos sostenibles a partir de residuos vegetales y subproductos de la industria agroalimentaria dentro del marco de la economía circular. Su principal objetivo es la sustitución de los plásticos derivados del petróleo que se emplean en la agricultura y el envasado de alimentos para reducir el uso de fuentes no renovables y la acumulación de residuos tóxicos y no degradables. El desarrollo de procedimientos químicos respetuosos con el medio ambiente es indispensable para la transformación de la biomasa vegetal en polímeros biodegradables. Es un área emergente y muy fructífera que demanda estrategias nuevas y económicamente viables.